Diario de Obed Morton


Edenshaw era como un padre para nosotros, era el mejor y único amigo del abuelo Jeremy.
Siempre pensé que algo los unía, como si compartieran algún tipo de secreto... O la responzabilidad de haber cometido algún terrible error. Recuerdo que, cuando éramos pequeños, siempre nos confundía a Alan y a mí.

Jeremy se pasaba día y noche en su taller. Fue allí donde yo comencé mi carrea cientifica.
La habitación de Edenshaw estaba justo al lado, como si mi abuelo no pudiera vivir lejos de él.

Foto de nuestra visita al museo de antropología de Boston.
Cuando cumplí quince años, mi abuelo preparó esta visita, que me empujó a elegir mi profeción actual. Recuerdo cómo me sorprendió ver cuanto sabia Edenshaw.

El taller de mi abuelo era como la cueva de Alí Babá. Sin embargo, siempre me pareció que detrás de su aparienciamdespreocupada, los resultados de sus investigaciones eran transcendentales.

Edenshaw nunca contó mucho de sus orígenes americanos, lo que le proporcionó cierto misterio, cuanto a prestigio. Aún sigo pensando que sabe mucho más de lo que dice.
13 de julio de 1991
Alan ha hecho algo terrible... Howard, nuestro padre...
Nos vamos ir directos al infierno.
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